22.5.11

Relaciones

"Eres perfecta, pero no soy para ti. Lo siento" Le mentí hace más de 15 años para acabar la relación. No entiendo porque justo ahora vuelve ese recuerdo, que como un volcán que hacía años que dormía, ha despertado sin previo aviso. Quizá sea porque me doy cuenta de cómo he cambiado. Si yo aún fuese igual, aquel chaval de ventipocos, haría tiempo que mi mujer y yo hubiéramos abandonado en el negocio de vivir juntos y no tendríamos a ninguno de nuestros hijos. O, peor aún, si ya los hubiéramos tenido, discutiríamos incluso por las zapatillas que tienen que llevar los críos. "No suelo mentir. Siempre que lo hice fue por verte sonreír" le decía y ése era nuestro problema. Conozco parejas que lo dejan porque uno miente y eso lleva a múltiples desconfianzas. Es por eso que ya desde pequeño me prometí dejar las mentiras para ocasiones concretas. Nuestro problema siempre fue diferente: ella no me creía. Maldigo a aquellos otros que las hicieron desconfiar también de mí. Por que no fue una, sino varias las que mintieron al gritarme repetidamente "mientes".

1 comentario:

Moli dijo...

Si te lo repetían tanto... igual mentías de verdad!
"l'hàbit fa el monjo", así que igual después de 30 padrenuestros acabas creyendo en Dios.

Igual de tanto creer qué todos mentimos, acabamos mintiendo.