1.11.19

En el FGC

- Perdona. 
- (…)
- Perdona. Ya hemos llegado.
- Ah sí… gracias. Me había quedado empanada.
- Sí… jeje ya te veía. Casi te vuelves de nuevo para Terrassa.
- Pues no hubiera estado mal eh. Total, para lo que tengo que hacer aquí.
- ¿Qué pasa? ¿Te quedan por delante 10 horas de oficina?
- Peor
- ¿Peor? ¿11 horas?
- No, no. Es que…
- Perdona si te estoy insistiendo demasiado. Tampoco nos conocemos de nada.
- No. No importa. Es que resulta que tengo que ir al tanatorio.
- Ah ¡ostras! ¿Ha sido por sorpresa?
- Bueno, más o menos. Llevaba mala un tiempo y al final no lo soportó más.
- Me sabe mal. ¿Era alguien muy cercano?
- Mi gata.

30.10.19

Bye

Y poco a poco se le fueron pasando las ganas de vivir.

En cada domingo por la tarde. En cada compromiso familiar. En cada puesto de trabajo. En cada mentira que tenía que escuchar. En cada injusta noticia que recibía. En cada discusión absurda. En cada situación que no lograba comprender.

Y llegó un día en que las ganas no eran suficientes. Un varapalo final le dejó callado para siempre. Desconfiado y sin ganas de más. Sin ganas de seguir con todo lo que tenía que hacer. Sin ganas ni de escribir más. Sin ganas de nada. Y se fue. Se fue para siempre.

30.9.19

Palabras


La sensación es parecida a cuando estás en una sala vacía, sin ningún ruido. Como estoy ahora yo. Solo esperando a que pase el tiempo.

Y así, en silencio, se te va acercando. La primera vez no le das demasiada importancia, te coge muy lejano. Y poco a poco, a medida que tu edad avanza, los casos a tu alrededor se multiplican.

Pasa de ser la prima del pueblo de tu vecina a la cuñada de tu mejor amigo. Pasa de ese cantante con el temazo de hace 20 años a la hermana de la clienta de tu tienda, al tío de tu amiga o a tu compañero de trabajo.

Hasta que llega un día que te toca a ti. Primero te resistes a ir al médico por esa tos. "Ya se me pasará"... pero cuando te llaman para que vayas lo antes posible a la consulta, empiezas a preocuparte.

Y entonces es cuando van a ti directamente dirigidas (y difícilmente digeridas) esas extrañas palabras: "biopsia", "melanoma", "linfoma" o "metástasis".

Y te obligan a olvidar, poco a poco, algunas palabras hasta entonces familiares: "benigno", "antídoto" o "cura".

Y te resignas a cambiar tu esperanza por interminables horas en silencio en cualquier hospital mientras grabas a fuego en tu memoria una nueva palabra: "quimioterapia".

Y es que incluso si lo consigues, acaricias la "victoria" y logras alejarte de la palabra "muerte", siempre te estará acechando la "recaída".

8.7.19

Lo que podríamos llegar a ser


Mientras ella ríe por algo que ha dicho él, él está callado, observándola.
- ¿En qué estás pensando ahora mismo?
- Pues... ¿quieres que te sea sincero?
- Claro. A ver, sorpréndeme.
- Mm... ¿nunca has pensado en la posibilidad de que lleguemos algún día a ser pareja?
- ¿Cómo?
- Nada, olvídalo
- ¿Cómo, cómo? ¿Qué dices? Tu estás casado. ¿Porque piensas eso?
- Sí, ya. Y tu tienes pareja y un hijo.
- Entonces, ¿a qué viene eso?
- Bueno, ya sabes que 6 de cada 10 parejas se separa, ¿no? Bueno, casi 7, en realidad.
- Ya bueno pero no sé... eres mi amigo.
- Sí, sí. Y tu mi amiga pero ya sabes, a veces las cosas dan muchas vueltas.
- Pero... ¿tantas?
- Bueno, no sé. Desde que te conocí pensé que podíamos congeniar muy bien. Que nos podríamos entender.
- Ai no sé.... se me hace raro esto que me dices, la verdad.
- Olvídalo, quizá mejor que no te lo hubiera comentado. Ahora ya no me mirarás igual.
- No te preocupes. Yo también lo había pensado.

6.7.19

Percepciones


A veces la concepción de nosotros mismos difiere mucho entre la que tenemos nosotros y la que tienen los otros. Por ejemplo, uno se cree muy aventurero por coger un avión e irse a la otra punta del mundo con una tarjeta llena de dinero para escoger, día tras día, el mejor sitio para hospedarse. Y luego, hay quien, como Albert Casals, sale de casa en silla de ruedas para vivir una aventura parecida pero sin prácticamente dinero, improvisando mientras conoce a todo tipo de gente. Para él, el primero tipo de viaje no es realmente ninguna aventura.

Pues bien, el otro día me pasó que me estaban comentando la concepción que tenían de mí en un cierto campo y me llamó mucho la atención. Yo visto desde otros vs yo visto desde mí. Había admiración en esa descripción y me sorprendió mucho, pues destacaban algo que nunca me había llamado a mí la atención. Quiero decir, que nunca pensaba que destacaba en eso. Fue extraño y me dejó pensativo.

Al final, la concepción de nosotros mismos está sujeta no solo a nuestra experiencia sino también a todos estos comentarios que vamos recibiendo. Los interiorizamos y forman parte de nuestros pensamientos y concepciones. Y es que no solo somos esclavos de nuestros actos sino también de nuestros pensamientos; que nos anclan a unas posiciones y nos ciegan la posibilidad de cambiarlas.

3.5.19

Texto sin final 1

El protagonista de esta historia llevaba tiempo sin acabar de encontrarle el sentido a nada. Cada mañana cogía el metro para llegar hasta el trabajo. Lo tenía todo ya automatizado así que no solía prestar especial atención a nada. Y todo esto está escrito en pasado porque esta semana no ha sido así.

Este último lunes, en el intercambiador de metro entre la línea 3 y la línea 1, se ha cruzado con una chica. Sí; en realidad se ha cruzado con muchas pero con ella, por casualidad, se han cruzado las miradas y, como si uno fuese el reflejo del otro, han sonreído a la vez. Ha sido bastante extraño pero ese hecho que ha pasado en cuestión de segundos le ha dejado pensativo toda la mañana.

Esa misma tarde, al llegar a casa, él ha llamado a un teléfono de una chica que se anunciaba en el periódico. "Discreta y profesional" rezaba el anuncio. Nunca había llamado antes a uno de estos teléfonos pero como decía antes, el protagonista llevaba tiempo sin encontrarle el sentido a nada así que ha probado suerte. Han estado no más de cinco minutos hablando por teléfono pero él se ha quedado con ganas de más.

El martes y el miércoles de esa semana han seguido cruzándose por la mañana. Autómatas los dos, han cogido siempre los mismos metros y se han cruzado en el mismo largo pasillo del transbordo (metro arriba, metro abajo).

Esos mismos días, por la tarde, ha llamado a Sara; que así le ha dicho que se llama la discreta y profesional del anuncio. Tan solo han hablado; ni siquiera han contemplado la opción de verse un día. No hacía falta. Él ha asociado de forma directa aquella cara y aquella mirada del metro (cuya persona nunca ha escuchado) con aquella voz del teléfono (cuya persona nunca ha visto).

El jueves no ha visto a la chica del metro porque él no se encontraba bien y no ha ido a trabajar. Para no ser infiel a la chica de la mañana, no ha llamado tampoco a la de la tarde.

Finalmente, hoy viernes, ha pasado algo inesperado. El protagonista ha cruzado una nueva sonrisa con la chica del metro por la mañana pero, ya por la tarde, al intentar llamar a Sara, no le ha contestado la misma persona. Después de mucho insistir, le han explicado que ha tenido un accidente y él ha entendido esto como una señal: tiene este fin de semana para dar con ella y evitar el suceso que haría que la semana que viene no se puedan cruzar en el metro.

1.5.19

Keep on going, little princess

¿Crees que el tiempo pasa muy deprisa?

Pues bien, yo empecé a escribir esto el día que por fin conocí a tu pareja. Me habías hablado mucho de él pero no me lo acababa de imaginar. Sobre todo no acababa de ver qué tipo de interacciones habrían entre vosotros dos. No tengo nada contra él. Me cayó genial pero en seguida lo vi claro: te mereces mucho más. No te lo dije aunque quizá me lo notaste. O quizá no. Tampoco era el momento: estabais esperando vuestro primer hijo.

Estoy convencido de que lo educaréis genial. Estoy convencido de que lo comprobaré en primera persona. Quizá yo le consiga aportar algo importante. Quizá él se convierta para mí en el hijo que nunca llegaré a tener.

Y es que me estoy dirigiendo a tu yo del futuro. Porque la vida da muchas vueltas y, simplemente por estadística, probablemente llegue el día en que tu pareja o/y tu decidáis tomar cada uno un camino. Y así de simple, puede que un día, tú y yo nos veamos de manera diferente el uno al otro.

Y todo esto lo escribo porque estoy seguro de que estamos hechos el uno para el otro. Porque creo que, juntos, nos queda mucho por vivir. Hasta ese posible futuro, keep on going!

1.2.19

Hasta pronto


Pues ya está. Ha llegado el día. Se acerca el momento de apagar el PC por última vez. Es extraño decir adiós para afrontar un cambio así.

Hoy acabo de escribir uno de los capítulos del libro de mi vida. Un capítulo lleno de experiencias. Y es que en estos casi 6 años han pasado muchas cosas significativas para mí; dentro y fuera del trabajo. De hecho, creo que una parte de mí se queda aquí. Y una parte de todos vosotros me la llevo conmigo. Sin duda, muchas de las experiencias y recuerdos ya han cambiado en parte mi forma de ser.

Llegue aquí por casualidad. Y otra casualidad hace que vaya en busca de una nueva aventura. ¿Quién sabe si una casualidad futura nos vuelve a hacer coincidir para que forméis parte de un nuevo capítulo?

Sea como sea, donde seguro que os incluiré será en el apartado de “agradecimientos”. Ha sido un placer trabajar con todos vosotros. Aunque con algunos he trabajado menos que con otros, puedo estar seguro de conservar un buen momento junto a cada uno de vosotros.

Gracias a todos por ayudarme a crecer personal y profesionalmente.

28.1.19

Punto y final

En unos días me habré ido. Me iré para siempre. Porque yo no soy de los que vuelven. Si el destino me lo marca, que sea así; sin vuelta atrás. Y no puedo evitar pensar en que aquí todo continuará igual. Igual pero sin mí. Cada uno de mis compañeros estará, el lunes que viene, siguiendo con sus historias. Y yo, poco a poco, caeré en el olvido. Igual que si hubiese muerto.

Otro compañero ocupará mi plaza de parking. Ésa que queda bajando a la derecha; resguardada del tránsito. Alguien se sentará en mi sitio; hasta ahora nunca ocupado por ninguna otra persona. E incluso alguien suplirá mis bromas en la hora de la comida. La compañera con la que he estado tan unido estos últimos meses buscará un nuevo confidente. Y los que chismorreaban sobre mí tendrán que encontrar una nueva diana.

Y es que la vida está llena de múltiples caminos. Me encantaría salvar la partida y ver, de forma acelerada, el futuro de cada opción. ¿Quién sabe qué ocurriría si me quedase? Quizá me ascenderían en unos años. Quizá cambiaría de departamento. Quizá me echarían. Quizá encontraría a mi mejor amigo. Quizá encontraría al amor de mi vida. Quizá no.

No ha sido fácil atreverse. El miedo a salir de tu zona de confort te oprime. Pero ya he tomado una decisión. Es momento de cerrar una puerta para abrir otra.

3.1.19

La vida (2)

Hace tiempo que quiero escribir pero no encuentro el momento. Lo voy dejando, inmerso en otras actividades más concretas (aún más). De repente me decido: hoy es el día. Enciendo el ordenador dispuesto a escribir alguna de las ideas que en los últimos días me rondan por la cabeza. Alguna de las ideas sobre lo humano; sobre la vida; sobre las historias de la vida; sobre el sentido de la vida. Voy a entrar al blog, ya ni recuerdo la última entrada que tengo publicada. Anda, de finales de 2017. 2018 ha quedado en blanco. Bueno, pues voy a leer la última.


(...)



Pues la verdad que se decían cosas interesantes. Recuerdo el motivo y los significados de cada uno de los puntos. Creo que lo que pueda añadir en un nuevo texto solo enturbiará la nitidez con la que redacté aquel pequeño escrito. Hoy ni lo voy a intentar. Quizá otro día...