30.10.19

Bye

Y poco a poco se le fueron pasando las ganas de vivir.

En cada domingo por la tarde. En cada compromiso familiar. En cada puesto de trabajo. En cada mentira que tenía que escuchar. En cada injusta noticia que recibía. En cada discusión absurda. En cada situación que no lograba comprender.

Y llegó un día en que las ganas no eran suficientes. Un varapalo final le dejó callado para siempre. Desconfiado y sin ganas de más. Sin ganas de seguir con todo lo que tenía que hacer. Sin ganas ni de escribir más. Sin ganas de nada. Y se fue. Se fue para siempre.