8.7.19

Lo que podríamos llegar a ser


Mientras ella ríe por algo que ha dicho él, él está callado, observándola.
- ¿En qué estás pensando ahora mismo?
- Pues... ¿quieres que te sea sincero?
- Claro. A ver, sorpréndeme.
- Mm... ¿nunca has pensado en la posibilidad de que lleguemos algún día a ser pareja?
- ¿Cómo?
- Nada, olvídalo
- ¿Cómo, cómo? ¿Qué dices? Tu estás casado. ¿Porque piensas eso?
- Sí, ya. Y tu tienes pareja y un hijo.
- Entonces, ¿a qué viene eso?
- Bueno, ya sabes que 6 de cada 10 parejas se separa, ¿no? Bueno, casi 7, en realidad.
- Ya bueno pero no sé... eres mi amigo.
- Sí, sí. Y tu mi amiga pero ya sabes, a veces las cosas dan muchas vueltas.
- Pero... ¿tantas?
- Bueno, no sé. Desde que te conocí pensé que podíamos congeniar muy bien. Que nos podríamos entender.
- Ai no sé.... se me hace raro esto que me dices, la verdad.
- Olvídalo, quizá mejor que no te lo hubiera comentado. Ahora ya no me mirarás igual.
- No te preocupes. Yo también lo había pensado.

6.7.19

Percepciones


A veces la concepción de nosotros mismos difiere mucho entre la que tenemos nosotros y la que tienen los otros. Por ejemplo, uno se cree muy aventurero por coger un avión e irse a la otra punta del mundo con una tarjeta llena de dinero para escoger, día tras día, el mejor sitio para hospedarse. Y luego, hay quien, como Albert Casals, sale de casa en silla de ruedas para vivir una aventura parecida pero sin prácticamente dinero, improvisando mientras conoce a todo tipo de gente. Para él, el primero tipo de viaje no es realmente ninguna aventura.

Pues bien, el otro día me pasó que me estaban comentando la concepción que tenían de mí en un cierto campo y me llamó mucho la atención. Yo visto desde otros vs yo visto desde mí. Había admiración en esa descripción y me sorprendió mucho, pues destacaban algo que nunca me había llamado a mí la atención. Quiero decir, que nunca pensaba que destacaba en eso. Fue extraño y me dejó pensativo.

Al final, la concepción de nosotros mismos está sujeta no solo a nuestra experiencia sino también a todos estos comentarios que vamos recibiendo. Los interiorizamos y forman parte de nuestros pensamientos y concepciones. Y es que no solo somos esclavos de nuestros actos sino también de nuestros pensamientos; que nos anclan a unas posiciones y nos ciegan la posibilidad de cambiarlas.