30.8.20

Felicitats

Avui es compleixen 15 anys de la primera entrada del blog!

3.5.20

Miserias

Llegué al hotel, subí a la habitación, ojeé el cuarto de baño, vacié la maleta y abrí el armario, en cuyo fondo descubrí un cartel que decía: “IMPORTANTE LEER”. Qué raro, me dije, una campaña de animación a la lectura dentro de un armario. A los hoteles les importa poco que sus clientes lean. En la mayoría de ellos, después de haber encendido todas las luces, ha de moverse uno al tacto, porque las bombillas son 40 vatios o así. El asunto resultaba más curioso si añadimos que las perchas estaban dotadas de un sistema antirrobo, pues estoy en disposición de afirmar que los dueños de los hoteles con este tipo de perchas son unos miserables, unos mezquinos, lo más alejado, en fin, que quepa imaginar de personas con intereses culturales. Un individuo al que una percha de armario le parece algo digno de ser robado no ha leído jamás, por lo que resultaría chocante que animara a otros a hacerlo. El ladrón de perchas, en cambio, es un sujeto admirable. Alguien que sale del hotel con dos o tres perchas en la maleta es un ser inocente, un ingenuo, un ángel que ni conoce el precio de las cosas ni mide las dificultades. Se las quitarán en el aeropuerto, por si se le ocurriera raptar el avión a punta de percha, lo que nos parece razonable, ya que este trasto, fuera de su contexto natural, parece una herramienta diabólica, un objeto de tortura (quizá de sex shop),una amenaza.
  
Introduje la cabeza en el armario y advertí que el cartel de “IMPORTANTE LEER” se refería a las instrucciones de la caja fuerte, que se encontraban más abajo. De modo que al día siguiente, antes de abandonar el establecimiento, arranqué violentamente varias perchas, las troceé e introduje sus fragmentos en la caja fuerte, que dejé cerrada con una combinación imposible. Ya está bien de miserias, por favor, que una cosa es la crisis y otra la sordidez.


Juan José Millás
16.03.2012

26.4.20

Lauren

Tú en tu casa, yo en la mía. Tú tomando el sol en ropa interior en tu terraza con vistas, yo pasando las horas mirando por la ventana; dejando volar la imaginación. Y es que desde que, accidentalmente, coincidimos, lo noté. La conexión fue brutal. Tu sonrisa me cautivó. Y aún me sorprendo por la cantidad de coincidencias. Me imagino paseando por el barrio de tu infancia, contigo al lado, detallándome todo aquello importante durante tus primeros años de vida. Presentándome a tu madre. Presentándome a tu padre. Me imagino paseando también contigo por donde vivo, explicándote mis pequeñas rutinas que ahora tanto extraño. Presentándote a mi familia. Nos imagino también descubriendo lugares nuevos, ciudades nuevas, países nuevos para los dos. Escuchando juntos nuestro tema preferido. Yendo juntos a ese concierto. Sí, sé que son tiempos difíciles para imaginar. Sé también que ninguno de los dos tenemos situaciones fáciles. Te pido que seas paciente, yo también intentaré serlo. Pero merecerá la pena. Tú preparando siempre esos platos healthy que a veces me enseñas, yo con mis recetas dulces. Tú en tu casa, yo en la mía.

"y yo... yo me quedo contigo aquí"

4.3.20

Diálogo parcial



Me pasaría el día contándote cada una de estas pecas que tienes en la cara.

Y eso que no eres pelirroja eh.

Quítate las gafas, porfa.

Vaaaa.

¡Es que son diminutas!

Mira, aquí tienes como 3 juntas.

Ya bueno; pues créetelo, que te lo digo yo.

Nooo.

Va un ratito más.

Es que eres tan guapa.

¡Qué tonterías dices!

Te tendría que dar igual lo que diga esa “gente”.

Anda va. Ya has salido con lo de la edad. Si estás en la flor de la vida.

A mí me encantas. Y cada día te salen nuevas pequitas. ¿Lo sabias? Pues sí. Te lo digo yo que cada día me fijo. Si no fuera por eso creo que nunca me habría fijado en ti.

¿Pero qué dices? ¿Como vas a ser una más?

Se dió cuenta todo el tren de la conexión que tuvimos.

Bueno, lo importante es que ahora estamos aquí los dos, ¿no? Super bien. ¿Porque estamos super bien no?

Bueno, me tengo que ir.

28.1.20

BISagra

¿Recuerdas cuando te dije que era nuestro mejor momento? Lo creía francamente y aunque es cierto que hacía poco tiempo lo había pensado también (existía una sensación de ascensión sin límite), a partir de ese día ya todo cambió. Poco a poco. Algunas cosas se torcieron. Otras salieron demasiado diferente a lo previsto. Es difícil de explicar. Pero para mí es fácil ver que ahora no estoy en mi mejor momento. Y creo que nunca lo estaré. Creo que aquel fue mi mejor momento. Nuestro mejor momento. Pero, como si de la bisagra de una puerta hablaramos, se fue cediendo esa articulación que al principio era perfecta. Intentamos ponerle aceite de ese que llaman 3 en 1. En un primer momento mejoró pero al poco nos dimos cuenta de que el movimiento entre los dos, aunque lo podía parecer, no era como al principio. Tanta fricción nos acabó por perjudicar a los dos. Poco a poco nos íbamos dando cuenta. En cada discusión, en cada viaje en coche, en cada mensaje de chat. Y continuábamos. Íbamos haciendo, día tras día. A la espera de una mejora que sabíamos perfectamente que no iba a llegar. Y construíamos planes de futuro. Sin duda era lo más sencillo. Continuar como si tal cosa. Forzar y forzar esa bisagra que nunca llegará a volver a cerrar la puerta bien en vez de sustituirla. Hasta que llegó un día en que la bisagra presentaba un aspecto oxidado. Todo el mundo a simple vista lo detectaba. Pero nosotros tratábamos de hacer como si nada. Lidiábamos con aquello que llamábamos "los problemillas del día a día". Volvíamos una y otra vez tras cada disputa. Pero llegó un día que se rompió la bisagra y la puerta cayó al suelo y se rompieron los cristales que la formaban. Tanto tratar de aguantar la situación provocó que todo se acabara rompiendo en mil pedazos.