30.9.10

BCN m’inspira

Barcelona m’inspira. A cada racó, a cada plaça i a cada carreró. Passejar per les rambles és una bona manera de buscar la inspiració. Aquesta mateixa que a vegades s’amaga entre els carrerons del gòtic, o es refresca en un bar qualsevol. Sovint li dóna per voltejar per parcs: entre els arbres que ho presencien tot a la ciutadella, o al costat del drac Güell. Quan es cansa de tanta ciutat, se la pot trobar a Montjuïc o al Tibidabo. És quan vol estar més elevada que mai per poder divisar tota la ciutat. I quan únicament vol descansar, potser es deixa acompanyar tot admirant el mar. A vegades la confons amb altres persones, persones singulars, persones que et recorden a ella i que t’expliquen una història inoblidable.
I ara, què? Em tocarà buscar l’inspiració en altres racons. I ja no sé si podré reconèixer a la mateixa amb la que, de tan en quan, m’ensopego. Allà on vagi, no deixaré de buscar-la.

14.9.10

Una de relaciones humanas

Porque las relaciones humanas varían entre sus múltiples manifestaciones de gran manera, me decido por escribir de un tipo únicamente: los amigos.
No me centraré en las "amigas", ni en los amigos traidores, ni en los amigos de facebook (que bien podría dar para otra entrada), ni en los amigos de tus amigos.
Lo que especialmente me llama la atención, y por lo tanto, a lo que dedicaré las próximas líneas, es lo que yo llamo el amigo de una noche (o una tarde, o un día...). No, no me estoy refiriendo a esos amigos de acostarse y luego si te he visto no me acuerdo. A eso más bien le llamaría (como popularmente se estila) follamigo. Me refiero a esa gente que te acompaña (casi accidentalmente) en algún acto como puede ser una cena. Seguro que te ha pasado muchas veces. Te invitan a una cena de 200 personas y que tú solo conoces a 1. Ése 1 tiene que distribuir su tiempo entre los 199 restantes, con lo cuál no tendrás contacto con él la mayor parte de tiempo. ¿Y qué vas a hacer? ¡No serás de ese tipo de personas asociales que no se relacionan con el resto! Por mucho que no te importe qué opina el resto de gente (que no volverás a ver nunca), es difícil soportar durante mucho tiempo las miradas extrañadas de 199 personas. No te queda otra. Tienes que relacionarte: -¿cómo te llamas? -¿qué estudias/trabajas? -¿y de donde eres? o ¿por dónde vives? -ahh! ¿y tú de qué conoces al cabrón de la cena que me ha metido en este fregao?
Con este tipo de preguntas vas rellenando la noche (con suerte sólo una noche). Porque la verdad, conozco poquísima gente que haya mantenido contacto con algún amigo de una noche. De hecho si intentase imaginar que alguien me pide mi teléfono al final de la cena me quedaría con cara de... pero si no te conozco de nada (ni quiero). Lo que más me llama la atención de todo esto es que todos nos estamos dando cuenta. Todos nos damos cuenta que no nos importa una mierda quién es el que tienes delante, qué estudia o qué coño hace en los ratos libres. La gracia (si se da) está en que pese a saber todo esto, preferimos continuar hablando, como si nada, para no quedarnos solos, como unos marginados. ¿Es ésta una nueva muestra de falsedad?

7.9.10

La Cabecita Loca




http://www.ruloylacontrabanda.com/

1.9.10

Primera conjugación

Descansar, dejar de pensar y comenzar a volar. No comer sino zampar. No reír sino disfrutar. Cantar o triunfar. No perder, ganar. Ni ver ni intuir: observar. Dejar de pedir y comenzar a prestar. Calcular y no medir. Mear, cagar y jugar. No leer pero sí estudiar, repasar, interpretar o analizar. También ojear, deletrear y adivinar. No mentir. Renunciar a percibir, meditar, susurrar y especular. Desistir de permitir, de omitir, de consentir y concentrar(se) en aceptar, autorizar, facultar y posibilitar.

Conjugar y no escribir.