14.9.10

Una de relaciones humanas

Porque las relaciones humanas varían entre sus múltiples manifestaciones de gran manera, me decido por escribir de un tipo únicamente: los amigos.
No me centraré en las "amigas", ni en los amigos traidores, ni en los amigos de facebook (que bien podría dar para otra entrada), ni en los amigos de tus amigos.
Lo que especialmente me llama la atención, y por lo tanto, a lo que dedicaré las próximas líneas, es lo que yo llamo el amigo de una noche (o una tarde, o un día...). No, no me estoy refiriendo a esos amigos de acostarse y luego si te he visto no me acuerdo. A eso más bien le llamaría (como popularmente se estila) follamigo. Me refiero a esa gente que te acompaña (casi accidentalmente) en algún acto como puede ser una cena. Seguro que te ha pasado muchas veces. Te invitan a una cena de 200 personas y que tú solo conoces a 1. Ése 1 tiene que distribuir su tiempo entre los 199 restantes, con lo cuál no tendrás contacto con él la mayor parte de tiempo. ¿Y qué vas a hacer? ¡No serás de ese tipo de personas asociales que no se relacionan con el resto! Por mucho que no te importe qué opina el resto de gente (que no volverás a ver nunca), es difícil soportar durante mucho tiempo las miradas extrañadas de 199 personas. No te queda otra. Tienes que relacionarte: -¿cómo te llamas? -¿qué estudias/trabajas? -¿y de donde eres? o ¿por dónde vives? -ahh! ¿y tú de qué conoces al cabrón de la cena que me ha metido en este fregao?
Con este tipo de preguntas vas rellenando la noche (con suerte sólo una noche). Porque la verdad, conozco poquísima gente que haya mantenido contacto con algún amigo de una noche. De hecho si intentase imaginar que alguien me pide mi teléfono al final de la cena me quedaría con cara de... pero si no te conozco de nada (ni quiero). Lo que más me llama la atención de todo esto es que todos nos estamos dando cuenta. Todos nos damos cuenta que no nos importa una mierda quién es el que tienes delante, qué estudia o qué coño hace en los ratos libres. La gracia (si se da) está en que pese a saber todo esto, preferimos continuar hablando, como si nada, para no quedarnos solos, como unos marginados. ¿Es ésta una nueva muestra de falsedad?

1 comentario:

Hest dijo...

Bueno no estic d'acord amb tu.
Primer de tot jo a aquesta persona que tu anomenes amic d'una nit jo ho anomenaria persona desconeguda. Per a què formés part del terme amic haurien de passar moltes coses.
Dos si tens 199 persones més i la de davant teu te la pela, parla amb qualsevol de les 198 persones restants. Potser d'entre les altres persones en coneixes alguna que realment val la pena i potser hi tornaràs a quedar. Aquest cop per saber de veritat el que t'interessa d'aquesta persona.
Tres si realment sabies abans d'anar-hi et passaria això, que segons tu hauries de ser fals amb les altres persones podries quedar-te a casa i llestos. Així segur que no series fals.
I per últim, no has pensat que potser la persona que tens al davant si que li interessa el que li estàs explicant i que t'està preguntant les coses per interès i no per compromís?