12.11.09

Una mente prodigiosa

(...) Nash ha reanudado su vida, pero el tiempo no permaneció estancado mientras él soñaba y, al igual que Rip Van Winkle, Ulises e incontables viajeros de espacios ficticios, ha despertado y ha descubierto que el mundo que había dejado atrás ha cambiado durante su ausencia: los jóvenes brillantes de antaño se están jubilando o se van muriendo, los niños se han hecho hombres y mujeres de mediana edad, su bella y esbelta esposa se ha convertido en una mujer de más de sesenta años y, a la hora de escribir estas líneas, él mismo está a punto de cumplir los setenta.
Hay días en los que le parece haber escapado a los estragos del tiempo, en que cree que puede volver a empezar desde el mismo punto en que se detuvo y se siente «como una persona que quiere realizar, aunque sea con retraso y a los sesenta o setenta años, las investigaciones que podría haber llevado a cabo cuando tenía treinta o cuarenta». (...)


11.11.09

¡Menuda preocupación!

Me preocupa no preocuparme...