28.1.19

Punto y final

En unos días me habré ido. Me iré para siempre. Porque yo no soy de los que vuelven. Si el destino me lo marca, que sea así; sin vuelta atrás. Y no puedo evitar pensar en que aquí todo continuará igual. Igual pero sin mí. Cada uno de mis compañeros estará, el lunes que viene, siguiendo con sus historias. Y yo, poco a poco, caeré en el olvido. Igual que si hubiese muerto.

Otro compañero ocupará mi plaza de parking. Ésa que queda bajando a la derecha; resguardada del tránsito. Alguien se sentará en mi sitio; hasta ahora nunca ocupado por ninguna otra persona. E incluso alguien suplirá mis bromas en la hora de la comida. La compañera con la que he estado tan unido estos últimos meses buscará un nuevo confidente. Y los que chismorreaban sobre mí tendrán que encontrar una nueva diana.

Y es que la vida está llena de múltiples caminos. Me encantaría salvar la partida y ver, de forma acelerada, el futuro de cada opción. ¿Quién sabe qué ocurriría si me quedase? Quizá me ascenderían en unos años. Quizá cambiaría de departamento. Quizá me echarían. Quizá encontraría a mi mejor amigo. Quizá encontraría al amor de mi vida. Quizá no.

No ha sido fácil atreverse. El miedo a salir de tu zona de confort te oprime. Pero ya he tomado una decisión. Es momento de cerrar una puerta para abrir otra.

No hay comentarios: