11.9.11

Taxis

- Perdón por el retraso...
Ella, ausente, sube al coche sin contestarle.
-... es que he encontrado tráfico. ¿Misma dirección?
- Ahá... -contesta suavemente, siendo ésta la única indicación que saldrá de su boca en todo el trayecto.
Los taxistas siempre la dejan en el mismo punto, en la esquina entre la calle principal que conduce al antiguo puerto y su calle. A unos 10 minutos caminando de su portal. Y lo hace así, para caminar un poco y despejarse antes de entrar en su casa y, además, para que nadie sepa en realidad dónde vive. Ella tiene dinero y evita, en lo posible, las relaciones personales. Así que en vez de desplazarse en transporte público, escoge el transporte privado; sabe que no se encontrará a nadie. Aunque se equivoca. Un día se encuentra a alguien dentro con el que mantener una conversación interesante. Y no, no es un taxista... todos sabemos que ésos sólo son capaces de hablar de política y/o deportes siempre refunfuñando. Y es que ése día se lo imaginaba. Al levantarse por la mañana tuvo una sensación rara. "Éste es el primer día del resto de mi vida" pensó. Al subir al taxi se encontró por sorpresa que un chico ocupaba ya el lugar posterior del vehículo, asociado siempre al pasajero; al cliente. 
- Ui perdón -dijo ella asustada
- No... No te disculpes. ¿Te importaría que compartiéramos el trayecto?
- ¿Perdón?
- Es que siempre te veo a la misma hora aquí y me fijo que nuestros taxis vas en la misma dirección...
- Mh... -viéndose interrumpida antes de acabar
- Tranquila, no tendremos que mantener ninguna conversación forzosa...
- Ok -contestando aún extrañada por tal encuentro
Como explicaba más arriba, el dinero no era problema, pero, para sorpresa de esta protagonista, había alguna intriga, alguna 'aventura', algún misterio, que le llamaba suficiente la atención como para ceder a esa atrevida acción de compartir el itinerario. Y así se pasó el camino, cada uno mirando el paisaje por su ventana correspondiente, nunca cruzando miradas e intentando hacer ver que no oían cómo el conductor despotricaba del líder de la oposición.
- Mañana nos vemos
Afirmación que quedó sin respuesta por parte de ella.

¿Y quién será aquél extraño con quien comparte ahora ese trayecto? De repente, ella se da cuenta que tampoco se preguntó nunca por quién es el que conduce. Ni por aquél anónimo que deja comentarios de vez en cuando.
Hay cosas que es mejor no saber...

1 comentario:

Moli dijo...

Era jo, però jo en canvi mai sabré el nom d'aquella noia que veia cada dia marxar amb un taxi cap al mateix lloc on volia arribar jo...