14.10.11

El de la guitarra

Hace poco conocí a un hombre. Estudió la carrera de derecho, sacó buenas notas, currículum perfecto, pero al año de ejercer decidió abandonar ese camino. Se lo pasaba mejor tocando la guitarra, aunque fuera en la calle, pasando frio. Vestia siempre la misma ropa, esa camiseta de cuadros sin mangas (aunque lloviese), esos tejanos usados y unas botas más bien discretas. Hace años que renunció a un mejor salario y unas mejores condiciones laborales por su hobbie. Y no, ésta no es la historia magnífica de superación en la que el prota acaba triunfando en el mundo de la música y siendo líder de ventas nacional e internacional. Ésta es la historia del que sigue ahí, en sus calles y bares, con sus canciones; sin importarle demasiado las pretensiones económicas. Muchas veces lo puedes ver en calles poco transitadas, a grito pelao, cantando, recitando, y con pocas monedas en su funda de guitarra por el suelo. Esta vez, yo me acerco, medio avergonzado por su mirada, y le hago entrega de un par de monedas en el mismo momento en que él es capaz de añadir a su agitada canción un "Thank you" perfectamente entendible. Y aún así, no perder el ritmo, ni la letra, y poder continuar con la canción, poder seguir un día tras otro, con su gran pasión.

Hace tiempo que no encontraba nadie así. Y ya me estaba comenzando a desesperar...

1 comentario:

Moli dijo...

Encara hi ha gent que fa el que li agrada sense importar-li res més.

Encara queden autèntics antisistema, gent feliç.