4.6.08

Aeropuerto

aeropuerto.

(De aero- y puerto).

1. m. Terreno llano provisto de un conjunto de pistas, instalaciones y servicios destinados al tráfico regular de aviones.


Hay gente que odia los aeropuertos. Yo los adoro. Como casi todo lo bueno, lo descubrí no hace mucho tiempo. Me quedé fascinado con el corredero de múltiples salas que comparten una característica común: todos van (citando a La Fuga) "p'aquí p'allá". En ese contexto, la categorización que se produce es casi nula. A modo de inciso, determino ese fenómeno, recordando uno de los mejores profesores, quien nos explico que en la Sagrada Familia todo aquel 'giri' que vemos es considerado chino, pese a ser coreano, mandarín, japonés o casi incluso valenciano; sólo por el hecho de compartir un rasgo determinado. Vuelvo al tema: en el aeropuerto no se produce ese fenómeno ya que todos los que estamos ahí somos 'giris' que esperamos, más o menos, para alejarnos a una gran velocidad. Advierta que no he dicho que nadie vive ahí. Me parece imprescindible comentar a aquellos (muchos indeseables, en el sentido más literal, claro está) que residen en estos espacios abiertos al público. Es posiblemente uno de los lugares más indicados para establecer conversaciones de lo más diversas. Ahí ves mucha gente desesperada. Desesperada porque su avión se ha ido sin él, sin él. Desesperada porque no viene su actor/artista/persona idiota que se cree mucho/imbécil preferido. [Podría decir algo más sobre esto último, pero si lees seguro que no te interesa desperdiciar tu poco tiempo con ese tema] Desesperada porque sabe que es el momento en que más lejano está el instante en que se vuelvan a ver. Desesperada porque no quiere separarse de la otra persona. Desesperada porque tiene que marcharse. Por último, de manera muy frecuente se ve al típico empresario con su traje y un sólo maletín (el jodido no tiene que facturar) que realiza, con prisas, algún puente aereo o bien algún traslado, normalmente hacia alguna ciudad europea, para una importante reunión. Éstos no se detienen a mirar. De hecho creo que la mayoría, aunque el mendigo que duerme por allí caiga del banco y se quede en sus pies, no le dirigirá la mínima palabra, porque él tiene prisa; y también egoísmo. Por suerte, para mí el aeropuerto siempre ha ido relacionado con factores de ocio. Quizá por ello nunca olvidaré las sensaciones que me provocan estar entre miles de personas de cientos de lugares de decenas de paises.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Saps, a setmana i poc d'agafar l'avió... no sé si llegir això m'ajuda o no.

Estic experimentant els mateixos símptomes que descrius: ganes de marxar a gran velocitat, d'allunyar-me... però alhora em vull quedar perquè aquí encara hi ha gent que no tornaré a veure, en el millor dels casos, en MOLT de temps; en el pitjor, mai més. Merda, és una sensació tan recurrent en aquests llocs i en la gent que s'hi troba...

em fa sentir petita i insignificant...