El castigo fuera del laboratorio

En un estudio, por ejemplo, se utilizó el castigo para suprimir el vómito recurrente de un bebé de 9 meses. El vómito recurrente había provocado una excesiva pérdida de peso y desnutrición. Sin tratamiento, el niño corría el riesgo potencial de complicaciones médicas fatales. Se utilizaron unas descargas breves (0,5 seg) como estímulo aversivo, que fueron suficientes para elicitar una respuesta de sobresalto, pero no para elicitar el lloro. En 3 días, el vómito estaba casi totalmente suprimido por el procedimiento de casitog. La supresión del vómito persistió tras ser dado de alta del hospital. El niño comenzó a ganar peso de nuevo y pronto estuvo dentro de la escala normal.