Todo lo bueno se acaba. O lo que es lo mismo, para que haya algo bueno tiene que haber cosas malas y cosas peores. Fuésemos a dónde fuéramos volvemos a estar aquí. ¿Y de qué sirve haber recorrido tantos (kiló)metros si, en nada, volvemos? No acabo de entender ese concepto de viajar. Algunos dicen que es para encontrarse a sí mismo… aunque quizá lo que buscan inconscientemente es perderse, o bien durante unos días olvidar que tarde o temprano todo volverá a ser como antes de irse. Conocer nuevas culturas y todo ese rollo verdad… ¿y crees que hace falta ir muy lejos para eso? Tu vecino mismamente es un mundo por conocer, aunque claro, eso no nos costaría las inversiones de los últimos meses. Citando a Mark Haddon en El curiós incident del gos a mitjanit:I
Volviendo al tema. Quizá es una necesidad. No lo digo como necesidad biológica ni nada así, qué estupidez entonces. Me refiero a que si no lo viajamos, no empezamos igual, no nos sentimos liberados, relajados o simplemente distraídos durante el tiempo estival.
¿Encontrarse a uno mismo? ¿En otra ciudad tan lejana? Quizá si es verdad que te conoces más a ti mismo, sabes cómo reaccionas o por ejemplo si esa comida tan rara de la que nunca habías oído hablar te gusta o no. Y con ese tema puedes rellenar innumerables espacios en blanco de conversaciones en las que te crees culto o interesante por aportar esa simple anécdota. Yo creo que más que encontrarnos, nos dejamos. Nos dejamos en cada uno de los rincones que visitamos de una y otra ciudad. Morimos a lo largo de cientos de ciudades lejanas para no morir en nuestra ciudad habitual, diaria y monótona.
* Que la vida a tu lado tenga más que sentido... *